Sin dudas, uno de los mayores atractivos de Colonia del Sacramento es su Barrio Histórico. Esta ciudad fue disputada por españoles y portugueses durante más de dos siglos y el Barrio Histórico de Colonia fue declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO en 1995.
La dominación de ambos pueblos es bien visible en el estilo arquitectónico de casas, iglesias y edificios oficiales.
Para poder disfrutar bien de toda esta rica historia es importante recorrer Colonia siguiendo sus límites para luego internarnos entre sus calles. Así, no perderemos detalle de sus murallas y portales y podremos hacer un alto en la caminata aprovechando la brisa fresca del Río de la Plata.
Sus límites son la calle Ituzaingó y el río. Lo cruza la avenida General Flores, la principal calle de Colonia. Del lado sur están los principales hitos, como el Faro (se puede visitar hasta la tarde), la Iglesia Matriz y la Calle de los Suspiros.
Justamente, la Calle de los Suspiros es el lugar emblemático de esta ciudad y parada obligada para la foto de rigor. Tanto como el Portón de Campo, la famosa puerta con puente colgante tan representativa de Colonia.
Seguimos hacia la costanera y la bordeamos hasta el Club de Yates. En esta zona hay algunas pequeñas playas donde descansar y mojarnos en el agua tibia del río.
Luego podemos ingresar a otro de los lugares históricos: el Bastión del Carmen. Se encuentra ubicado en la calle Rivadavia y es una estructura construida en 1880, siendo un muy buen atractivo turístico en lo que respecta a la arquitectura. El Bastión del Carmen fue utilizado en sus comienzos como plataforma de artillería para pasar a ser luego de que se terminaran las batallas, una fábrica de jabón y cola, luego un lavadero de lanas y curtiembre, entre otras funciones más que cumplía. El Ministerio de Educación y Cultura compró el Bastión del Carmen, para convertirlo en un centro cultural abierto. Su maravilloso parque, su puente de ingreso y sus esculturas tienen un atractivo innegable.
Colonia del Sacramento merece visitarse con esa tranquilidad que nos contagia desde sus encantadores rincones.
